"La dificultad no debe ser un motivo para desistir sino un estímulo para continuar"

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39 El regreso

EL REGRESO El escuadrón, practicaba intenso, a ritmo, sin cesar. simulacros de guerra, en consenso, imposibles, de frenar. El Jefe, titán del grupo, mantenía, marcado rigor. Peucoalhué, siempre lo supo, sabía, trabajar con furor. Mas, algo le debilitaba, su corazón, le palpitaba. en voces, a miles gritadas, en sonar triste, dolor que desgarraba. El Titán, bien lo conocía, y le enfrentó, en soledad. “Peucoalhué…. El Escuadrón no merecía, tu indiferencia… mucho menos tu cortedad.” “Te conozco como a un hijo, y también por ello, más a tu corazón. Tú no estás así por algo fijo pero sí, por algo, que tiene su razón.” Peucoalhué habló, de su Rosa fuera del jardín, contó del viaje, a canteros de plazas lejanas, junto a palomas… el extrañar del carmín, y cómo soñaba, tenerla otra vez cercana. Recibió por consejo, del Titán Mayor, que el extrañar era añejo, y ratificaba, aún más al amor. El ave rapaz, voló muy alto esa noche, buscando, calmar su profundo dolor. tenía que encontrar el modo, de negar reproche, y prepararse para el regreso, con todo el candor. Algunos días pasaron, con cambios en vientos, Margaritas habían, empalidecido sus centros. Cuando gorriones periodistas, anunciaron en hora, que La Rosa regresaba, en alas de palomas. Los alelíes de inmediato, llamaron a duendes y al hada. Pidieron a la rosa, la implantaran en el acto, y así toda la floresta, quedó más que encantada. Encontraron a la Rosa carmín, más bella y rozagante que nunca. Alegre todos, en el jardín, brillaron con los rosales en plena junta. Mas, el pastito, dio la nota…. hablando que habían ignorado al halcón. mas la Rosa bien roja, dijo…”Mi Peucoalhué, me mira de ese balcón”. El ave, con hábil rapidez, descendió en picada, hacia su rosa tan amada, ante el vergel, que con avidez, observaba, junto al hada encantada. El encuentro…. Fue colosal, pico y pétalos, unidos en plena fusión. Extasiados, todos en el rosedal, fueron testigos, de un amor con fruición. El perfume embriagador, y el polvillo, de rojo carmín, adornaron las plumas, del embajador, elegante ave, gran amado… ¡del jardín! Renée Escape

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